En busca de respuestas, torcí mis párpados y en un aleteo inútil, intenté arrancarme el asco del pecho. Hundí mis ojos lo más que pude y encontré ciénagas blancas e inteligible brutalidad... En busca de respuestas, desconecté.
Nadie conoce el dolor verdadero hasta que se queda sin habla. No hay mucho qué decir cuando duele hasta el ahogo; Las almas valientes del mundo, en un voto de silencio por los difuntos y sus madres, sus padres, sus hermanas y conocidos...
"Trae la vela,
trae la imagen,
el romero y el hilo de oro"