En este momento estoy recluida en mi habitación, ya que aún
siendo el 19 del mes 11 del año 2012, aún con todo este asunto de la
parafernalia del tiempo, a mis 19 años, a 6 meses de cumplir los 20, me
castigan. Así es, estoy castigada… esta vez por mentir. Verá, desde que tengo
memoria me la paso castigada y aún mucho antes, mintiendo. Siempre lo he hecho
porque me aterra develar mis verdaderos intereses, porque son muy ingenuos,
además creo que le temo a la vida. (Irónicamente me manejo con el corazón)
Y bueno, es usted un desconocido pero (y espero) que sea
usted mi director, pero eso se lo explico pronto porque antes debo atarle
algunos cabos para que esta pseudo-conversación no sea tan bizarra.(prometo no
abusar tanto del “pero” )
Como le decía, es usted un desconocido, por lo que debía
explicarle que estoy castigada por “estafadora”, ya que si no hubiese estado
castigada la desesperación no me hubiera llevado a intentar contactarlo, y
menos de esta forma tan poco orgánica. He aquí un hito de la soledad… “la
desesperación”.
En fin… tengo también la tendencia a explicar todo lo que
puedo a los desconocidos, pero este no es mi objetivo en esta conversación.
“el hito que rompe con
el vacío del tiempo y el cielo, la ruptura que nos lleva ante el “y todos los
demás”… o al menos quiero creer que algo se rompe.
Mi objetivo es que me considere gravemente y en demasía (en
efecto) para su largometraje (o en defecto) para la preselección.
No tengo ni la más vil idea de si ya lo realizó o qué, pero
créame que SOY LA ACTRIZ QUE NECESITA.
(ojalá pudiese ponerle más énfasis)
Hace bastante que hice la primera audición en el Melico, de
hecho no recordaba que existía este proyecto. Le cuento cómo recordé y le tomé
aún más interés (porque sí, suele suceder que una llegue a un lugar sin conocer
su estrella. Un mal de los abejones de mayo que tropiezan por todas partes):
Un día (horrible hasta el momento) en el cual las leyes de
Murphy me estaban estallando la vena por la cual pasa la cafeína, como si el
desgraciado fuera el dueño del caos del universo y me lo restregara en la
existencia misma (siempre exagerando para darle un poco de humor) iba en el bus
de San Piedrero, con un “Señor”, de esos que nos gusta llamar “Señor” por ser
tan propios de si mismos, tocaba y cantaba boleros en el asiento del frente. En
seguida me recordó a mi papá (con el cual no me gusta hablar) y me sentí
increíblemente sola, a tal punto que tuve que llamarlo, porque esos boleros de
“Señor” me calaban bien adentro. Y lloré, y mucho…
No digo que por esto de los boleros y la soledad y la
incomunicación y la cobardía y el absurdísimo “dilema” humano, deba ser su
actriz… esto sólo me recordó que ambos existimos, en entre tanta gente
existimos y que esa gente también existe, a como existe esta gente y aquella. Y
bueno, maldita sea yo PUEDO SER SU
ACTRIZ.