sábado, 5 de abril de 2014

P O E M A N Ú M E R O 6 6 6

P O E M A N Ú M E R O 6 6 6

Satanás vino un día a mi casa
y yo desnuda, me tocaba en la cama
para aquellos días
mi dieta se basaba en pelusas y moscas
y mis pellejos caían
a como caen las bellas cortinas

lo miré a como le pude mirar
con largos y pesados párpados
que parecen no querer responder
percibiendo espejismos
de su rojo esplendor
y le dije:


"Cómete mis pellejos, oh señor mío. Dame un digno final, entre tus dientes mullidos. Que sean perlas para mi estirado cuello, que sean el vestido más fino y tu lengua que me desgaste con su suave hastío"

Pero


mis pellejos

fueron

intensamente

ácidos

para el viejo

Satanás

el único justo

entre todas

las bestias

y hombres.